Héctor de Elía nació circunstancialmente en la República Oriental del Uruguay en 1858/59, hijo de Genaro de Elía y de Dolores Coe Balcarce.

En cierto momento junto a su familia regresó a nuestro país y llevó a cabo sus estudios primarios, y secundarios en Capital Federal, allí también cursó la carrera universitaria de Ingeniería, la cual no concluyó debido que se trasladó a Entre Ríos para hacerse cargo de la estancia «Cupalén», donde fundó Colonia Elía (1889) y así da comienzo a su obra colonizadora. 

Era un hombre de amplia cultura, que se interesó en materias tales como hidráulica, geología, legislación, economía, ganadería y agricultura, matemática, entre otros temas, contando con una nutrida bibliografía que incluía textos en francés y que se resguardan en nuestra Institución.

En 1886 contrae matrimonio con Elisa Dickson Keen, a quien años después le rinde homenaje con el nombre de nuestra ciudad,  con Elisa tuvo dos hijos: José María y Julia Dolores, además de ellos, tuvo otro hijo llamado Esteban con Juana Iribarren. Elisa Dickson falleció en Londres en el año 1921.

Destacándose siempre por su afán de progreso y espíritu emprendedor, Don Héctor adquiere en 1888 el casco de estancia: hoy Museo Regional «El Porvenir» y diversos campos lindantes, completando una propiedad de 7436 hectáreas. De las cuales destina alrededor de 7000 hectáreas a chacras y potreros que le vende a los inmigrantes de origen predominantemente francés (saboyanos), italiano (piamonteses), suizo (valesanos), Españoles y Criollos. Muchos de ellos vinieron de la Colonia San José con el fin de expandir sus propiedades, o sus hijos, buscando nuevas tierras para independizarse. El fundador a su vez le ofrecía facilidades de pago, y le proporcionaba además herramientas de labranza, semillas, animales y árboles frutales. Es así que en 1890 se da el comienzo de la fundación de Villa Elisa. 

Desde su casa se dedicó a esta obra colonizadora hipotecando sus campos para proveer a los colonos de herramientas agrícolas y ganado, lo cual le ocasionó dificultades económicas.

Falleció en Concepción del Uruguay en 1922, donde fue sepultado. En 1980 sus restos fueron trasladados al cementerio de Villa Elisa, descansando a partir de 2010 en este Museo.

«Hermosa planta de varón, su talla elevada y su figura imponente le daban tal majestad a su persona, que no habrán olvidado aquellos que lo conocieron. (…) Al evocar su figura de gran señor lo veo alto, corpulento, prolijamente vestido, luciendo en su cara de cutis alabastrino, poblado bigote cuidadosamente mantenido. Una sonrisa atrayente dejaba ver una dentadura blanca que daba a su cara, agradable aspecto de varón hermoso.(…) Don Héctor era un hombre de una cultura superior, universitaria, que sabía mucho, que había leido siempre, que tenía una gran biblioteca, que era inteligente, emprendedor, activo y que fue, mas que todo eso un hombre bueno, bien inspirado para los colonos (…)” Discurso de Horacio Francou publicado en el diario “Jornada” en octubre de 1940