Los embutidos o chacinados surgieron debido a la necesidad de conservar la carne por más tiempo.

Los “chorizos” se obtienen a partir de la introducción de tocino (grasa) y carne en fracciones de intestino u otras membranas naturales, procedimiento que se efectúa a presión. Se trata de evitar que ingrese aire, ya que ello afecta la conservación. A la carne se le agrega sal y diversos condimentos, entre los que se destacan: pimienta negra, pimentón, tomillo y ajo. Pueden consumirse cocidos o secos. En este último caso, se cuelgan sobre cañas o varillas largas conocidas como “trancas” permaneciendo en un lugar fresco y ventilado por varios días. Para la elaboración de chorizos se utiliza solamente carne de cerdo o se mezcla, en iguales proporciones, con carne vacuna.